Hoy podría estar buscándome durante horas y más horas y seguiría igual de
perdida. Bueno, no estoy perdida exactamente. Estoy jugando. Ya sabes, al
escondite inglés, pero yo me escondo, y yo me busco. Sólo que luego pasa lo de
siempre. Las personas despistadas, nos olvidamos donde dejamos las cosas; en
concreto, tendemos a perder la cabeza, y por consiguiente, nos extraviamos y
perdemos el rumbo. ¿Pero no os dais cuenta? no estoy hablando de perder un
pendiente, una camiseta o el móvil, estoy hablando de perder la cabeza. No
tengo ni la menor idea de dónde la habré dejado, ni siquiera en qué momento
sucedió eso. Pero lo peor de todo, es que se ha llevado a mi sentido común de
la mano y eso es juego sucio. Es un asunto de gran relevancia, ¡ojo! que no es
moco de pavo. Pero el Escondite Inglés, no es el único juego que practico. Todo
el mundo conoce a la mítica “Gallinita ciega”. Pues bien, aquí yo me pido
siempre ser la Gallina. Es una putada, creerme. Se pueden estar riendo de ti a
la cara, y tú, claro, como no ves... pero oyes, y escuchas. Algo es algo.
Y luego está el frío. Puto frío y joder, ya no estoy morena. Y te vuelves
negativa, y lo ves todo más gris (a margen de la metáfora eh, evidentemente
porque TODO está más gris) ¡Pero siempre hay un poquito de esperanza! Por cursi
que suene, siempre hay alguien que hace que salga un rayito de sol. Y que te
hace sonreír. Y reírte como si de una niña de 4 años se tratara. Descojonarte,
vaya. Partirte el culo, sin paños calientes. Es digno de agradecer, sí. Y quien
diga lo contrario es que es un desagradecido (tonto del culo).
¿Y sabéis otra cosa que me gusta? Cuando suena esa canción: ”La canción”. Esa
que ahora te hace sentir. ¿Cuántas canciones os hacen sentir? Sí, bueno, esas
canciones que te presionan el pecho y hacen que te apetezca salir corriendo.
Bien, pues acaba de sonar la mía. Pero no voy a salir corriendo, estoy haciendo
otras cosas.
¿Y nunca tuvisteis la sensación de estar perdiendo el tiempo? Sí, tiempo,
precisamente eso, que desde mi punto de vista, no sobra, no estoy como para
regalarlo o tirarlo a la basura. Pues bien, coño, haz algo de provecho, que te
estás apalancando en la buena vida.
No sé, apúntate a papiroflexia o algo, ya sabes, para cambiar
de hábitos. Otra cosa que odio es dejar el último capítulo de los libros sin
leer (y eso que apenas leo). ¿Por qué el último, y no el primero? es más
lógico. (Bueno, lo lógico es leerlo entero).Pero yo nunca encuentro el momento.
Joder, que es un libro, no tengo porqué esperar el momento perfecto.
Y vaya dolor de cabeza que tengo. Lo cierto es que hoy me voy a ir a la cama
un poco enfadada con el mundo en general y conmigo misma y todo eso, pero
tampoco es plan de ponerme en contra del universo. Yo lo que quiero es ahorrar,
y viajar. Y despedirme de Madrid por un tiempo, de la gente, cambiar de aires.
Y luego cuando vuelva os volveré a querer mucho y os pediré perdón por quejarme
tanto. Pero esto apesta, apesta, apesta. Y creo que escogí un mal momento para
“empezar a dejar de morderme las uñas”. Vaya cosas, todo lo que empiezo nunca
lo acabo. Además me equivoqué con el día. Estas decisiones se tienen que llevar
a la práctica los días 1, o los lunes. No los jueves. Tomo nota para otra vez.
Necesito un Gelocatil.
Hasta mañana.
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