Hoy es lunes, un lunes cualquiera, con sus respectivas 24 horas.
Hoy en mi vida no ha pasado nada fuera de lo normal, he tenido un examen,
casi pierdo el autobús, una teleoperadora me ha despertado de mi breve pero intensa
siesta y acabo de volver de la academia. ¿Nada nuevo, no?
Pues eso creía yo, hasta que esta mañana mientras me cepillaba los dientes, en
un momento de esos que parece que aún sigues en la cama pero que tu cuerpo
realiza las mismas actividades de todos los días de manera rutinaria, justo ahí
me he dado cuenta de lo poco que valoro la suerte que tengo.
Muchas veces no decimos lo que sentimos a aquellos que queremos, a lo mejor
es por miedo, vergüenza o rechazo. Pero en mi caso es porque yo siempre he
pensado que el cariño, no se demuestra con palabras sino con hechos. Y que
prefiero un paseo por el parque, que 14 ramos de flores. Y que prefiero
sonrisa, que un diamante, y que falta diccionario para describir un abrazo.
Pero hoy tengo ganas de contar esto, de decir que el mundo falta más gente
como vosotros (ellos saben bien quienes son) y que nunca, por favor nunca, dejéis
que nada os cambie. Porque cada uno de vosotros sois especiales y tenéis algo
que os hace diferentes de los demás, y la gente distinta es la que de verdad
destaca, la que deja huella.
Seguid así, no paséis por la vida en silencio, haced ruido, haceros oír,
porque valéis mucho, más de lo creéis.
Realmente a veces topamos con personas en la vida que no nos hacen ver lo
realmente grandes que somos, nos ciegan, nos tapan intentando quedar por encima
y nosotros lo acatamos y vivimos siempre a la sombra de esos idiotas.
Pues bien, hoy es hora de cambiar, de revolucionar el mundo. Es el momento
de decirle a tu estúpido vecino que aunque él te aparte la mirada, tú vas a
seguir dándole los buenos días todas las mañanas, es hora de que tu padre se
entere de que cada vez que te regaña te entran ganas de matarle, pero que a los
5 minutos te lo comerías a besos...
Y diréis que locura ¿no? son casi las nueve de la noche, no tengo fuerzas ni
para ponerme el pijama así que mucho menos para hacer del universo un caos.
Vale, igual lleváis algo de razón, pero dicen que las proposiciones siempre hay
que empezarlas los días 1 o los Lunes (yo intente dejar de morderme las uñas un
jueves y no sirvió de nada).
Vamos a empezar esto poquito a poco, muy despacio. Comencemos por ir
corriendo hacia el salón de nuestras casas, y decirle a tu madre ¡Te quiero! y
acto seguido dadla un abrazo de esos que dejan sin respiración.
¿Ya? ¿Lo habéis hecho? Ahora, seguid con vuestros deberes o meteros a la
ducha, o ir a preparar la cena. La terapia por hoy ha finalizado. ¡Ah! y no olvidéis
hacer esto como mínimo una vez al día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario