jueves, 9 de febrero de 2012

Que la vida es puta, pero nosotros más

Hay días, que no sé, hasta duele respirar. Que se antoja difícil tener que hablar, decir una mínima palabra en voz alta, o te da pereza cambiarte de postura en la cama en la que llevas todo el día metida, incluso el sonido del reloj se te clava en las orejas. Ya te dan igual los hombres y el amor, te importa bien poco el examen del lunes, o los tacones de cuarenta euros que acabas de comprar y estropeaste esa misma noche. Todo eso, pasa a ser irrelevante. Pero al final, no ganas nada durmiendo todo el día, ni vendándote la barriga con los brazos para que deje de doler, ni repartiendo estoy bien como si fuesen billetes de cincuenta euros. Los días putos, están ahí por un motivo. Yo hoy me hundo, porque me apetece, porque sé que una vez que se retoma el vuelvo, somos conscientes de que la vida es puta, pero nosotros más, y podemos con todo. 

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