lunes, 4 de febrero de 2013

Gracias por ser así como tú eres


Nunca me había dado por escribirte, pero hoy sentía unas tremendas ganas de hacerlo y dicen que en esta vida no es bueno quedarse con ganas de nada. No creo que todo lo que quiero decirte me quepa en un papel, ni si quiera pienso que existan suficientes palabras en el diccionario para describirte, aun así y aunque siempre he pensado que las cosas no se demuestran con palabras sino con hechos, hoy, por ti, haré una excepción.

Sinceramente estoy segura de que las personas como tú en el mundo, se podrían contar con los dedos de una mano (y probablemente sobren dedos). Creo que es prácticamente imposible que haya alguien tan especial como tú, que sonríe en todo momento, que contagia su alegría, que pese a todo lo malo está siempre ahí al pie del cañón, dándolo todo por aquellos a los que quiere y pensando en los demás antes que en sí mismo. Créeme que eso no lo hace cualquiera.
Te haces un año mayor y a veces es duro crecer y darte cuenta de que has madurado, pero es lo que toca, y como tantas otras cosas en la vida, cumplir años es inevitable y por eso conviene hacerlo siempre con la mayor de las sonrisas.

Como tú bien dices, ahora estás en la mejor etapa de tu vida. Tienes un trabajo, una familia que te quiere, unos amigos únicos y estás estudiando una carrera; con todas estas cosas, yo también estoy de acuerdo con lo de “la mejor etapa de tu vida” y ¿sabes que es lo que más me gusta? Que me dejes formar parte de ella. Porque aunque en ocasiones pueda parecer un poco borde o impertinente, aunque a veces te saque de quicio, o haga bromas a cerca de tu orientación sexual (jeje me estaba quedando muy bonito pero si no lo ponía reventaba),  quiero que sepas que me siento orgullosa de tenerte como amigo, de haber compartido tantos años contigo y de haber formado parte de algunos de los momentos más importantes de tu vida.
Sé que vas a ser grande y que triunfarás en aquello que te propongas, ya sea publicidad, moda o doblador del Oso Yogui, qué más da. El caso es que estoy segura de que llegarás lejos, porque nunca he conocido a nadie que haya luchado tanto como tú, que jamás haya tirado la toalla, pero por si algún día te da por tirarla al suelo, no te preocupes que ahí estaré yo para recogértela.

No sé que más te puedo decirte, es tu cumpleaños y me gustaría estar ahora mismo ahí, a tu ladito para darte un abrazo de esos que ahogan al que lo recibe y causan agujetas al que lo da. Pero no te preocupes que aunque hoy no me tengas ahí dando por saco/culo (escoge la que prefieras), ten bien claro que esto lo vamos a celebrar a lo grande, o a lo enorme, como tú prefieras.

Y bueno…aunque digas que solo te digo que te quiero el día de tu cumpleaños, el resto del año también lo pienso, aunque me lo callo porque sé que lo sabes de sobrísima y que no hace falta que te lo esté repitiendo una y otra vez.
Y tras esta gran dosis de ñoñez que contiene mi carta, mañana haremos como si nada de esto estuviese escrito, y yo seguiré siendo la misma borde impertinente de siempre (aunque te quiera más que a nada) y tú el mismo negrito de risa contagiosa. 

Concluyo diciendo que felices 19 pequeño (aunque bueno, ya no tan pequeño), espero que me dejes seguir formando parte de tus cumpleaños durante mucho, muchísimo tiempo. Gracias por todo, y aunque esto suene demasiado típico a pastelada de peli romántica “NO CAMBIES NUNCA” porque eres único y lo serás siempre. Te quiero, te adoro y te vuelvo a querer…
Esta cursilada se destruirá en 3…2…1…PUUUUUUUUUUUUUUUM (shhhh…besitos)

Jesús



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